Aparte de recomendaros a todos que leáis,
la parte de la demanda que comienza en la
página 69 de la misma, vamos a comenzar
a desgranar, de modo que a todos nosotros, nos
resulte más sencilla la lectura y vayamos comprendiendo
todo lo que se ha pretendido y pretende con nuestro caso.
En esta página, se realiza una “Introducción a la Filatelia”
de lo más apasionante y a su vez muy didáctica.
¿Qué nos cuenta esta introducción sobre los “controvertidos
catálogos?
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“El comercio filatélico se fue sofisticando y pronto los
comerciantes empezaron a distribuir entre sus clientes listas
de precios que tenían para ofrecer. Eran ofertas que los
coleccionistas consultaban y, por ello, los comerciantes iban
identificando cada vez mejor cada sello o grupo de sellos que
ofrecían. Esa sofisticación hizo aparecer el primer catálogo de
sellos de todo el mundo, que no era ya una simple relación de
sellos con su nombre y precio, sino además con descripciones
debidamente detalladas de la emisión, cantidad emitida,
motivo, etcétera, además de fotos que pudieran identificar, sin
ninguna duda, cada sello. El primer catálogo nació en 1861,
en París y pronto proliferaron otros por todo el mundo.
En todos los países filatélicamente desarrollados se
edita por lo menos un catálogo de sellos de colección que
describe, técnica e históricamente, todos los sellos emitidos
en ese país y regula sus precios de acuerdo con en el mercado
interior. Para los coleccionistas y comerciantes de sellos con
carácter internacional, se editan los catálogos internacionales
que, casi siempre, recogen las características de los sellos
emitidos en todos los países del mundo desde que nacieron
sus sellos postales y regulan los precios de acuerdo con los
valores del mercado internacional.
En el mundo real de la filatelia todos los interesados
utilizan los catálogos para conocer el valor real de los sellos,
independientemente de que cada transacción se haga de
acuerdo con precios convenidos en cada momento entre el que
vende y el que compra. Nadie se atreve a poner precio a un
sello si no conoce su valor en el catálogo. Claro es que el valor
asignado a cada sello no es rigurosamente igual en un
catálogo que en otro, pero en general los precios son muy
aproximados. Si se quiere ser riguroso, se obtiene el valor de
un sello con la media de lo que indican los catálogos más
serios y prestigiados."
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¿Alguien se atrevería a valorar sin
consultar el catálogo o haciéndoles
caso omiso?
Interesante el "hecho" de que los catálogos
están realizados desde los inicios de los tiempos
por "comerciantes".
Creo que este tema, lo vamos a ir
viendo en las próximas aportaciones...
Recordad, esto es sólo la "Introducción"
